sábado, 10 de octubre de 2020

"SER LINCES ES ESTAR UNIDOS". POR PEDRO CALZADO CANALE

 SER LINCES ES ESTAR UNIDOS.

Se veían y competían en muchas carreras y en otras competiciones. Unos de rojo, otros de amarillo, otros con la camiseta azul y otros de blanco. Pero, aunque competían entre sí, existía entre muchos de ellos una gran amistad que hacía que aun siendo de diferentes equipos se animaban entre ellos, y formaban un extraordinario “equipo” extraoficial e incluso muchos llevaban una camiseta que los unía.
De eso, de la existencia de ese imaginario equipo, se dieron cuenta unos cuantos. Esos que se dan cuenta de esas cosas porque son unos genios y porque llevan muchos años enseñando a niños y niñas en el deporte del atletismo. Y se pusieron manos a la obra para poner en unos papeles oficiales lo que los niños y niñas ya se habían encargado de hacer real.
Ellos nos enseñaron que era posible. Que, por encima de la rivalidad en la competición, para ellos existía algo más importante: vivir todas las experiencias posibles en el deporte, y sobre todo, divertirse. Y los niños y niñas sabían que juntos se iban a divertir más y más veces.
Y los padres y madres dijeron que si, que habían aprendido lo que le estaban enseñando sus hijos e hijas, y que además ellos también querían divertirse con otros padres y madres como lo hacían y lo iban a hacer los niñ
Y los vestimos de verde y los hicimos “linces” de la Sierra Norte de Córdoba. Ya se hizo lo que ellos sin decirlo nos habían pedido. Y quisieron convertir en linces a otras amigas de fuera. Y a divertirse.
Y pronto, muy pronto llegaron las competiciones. Y un amigo y gran apoyo les puso una camiseta negra para esa primera competición juntos. Y nos dieron la primera satisfacción en la primera competición por equipos. Verlos juntos e iguales. Y además las linces más chicas ya enseñaron el camino a todos de como se consiguen las metas si van juntas. Y el trofeo lo tengo yo en mi casa.
Y después algunos se fueron de viaje y a dormir fuera de casa. Y se divirtieron como nunca lo habían hecho y los que fuimos nos divertimos aún más. Y ese fue el trofeo más grande que se trajeron de ese fin de semana en tierras Leperas. Y mejoraron como deportistas, como personas y con “linces”. Ya veían que su trabajo, el de sus padres y madres y el de todos los que están a su lado hacía posible que ocurrieran cosas así.
Y más competiciones y más controles donde iba la “manada de linces”. Y donde iban llamaban la atención por la cantidad y su unión. Y cuando iban a ir “todos” a un campeonato de Andalucía llegó un bichito y lo fastidió todo. Y los linces se quedaron encerrados hasta que los dejaron salir otra vez a correr, a saltar, a lanzar y poco a poco llegaron a una nueva normalidad. Y otra vez se volvieron a juntar para entrenar y empezar de nuevo a hacer lo que les gustaba. Ahora se juntaban menos, pero su unión y su labor de equipo no decayó.
Y ahora, otra vez, a la carretera. Otra vez a campeonatos, otra vez a juntarse, otra vez a divertirnos como nos dejan que los hagamos. Y aunque no es lo mismo que antes, nosotros nos divertimos igual. Ya empiezan a cumplirse nuestros objetivos. Estar donde nos dejen estar. ESTAR. Con eso nos sobra. IR. Con eso tenemos bastante.
Pero todo el trabajo y el esfuerzo de los linces hace que lleguen sus logros. Pues mejor que mejor. Si a la diversión se le une medallas y buenas marcas y puestos, se demuestra que algo se está haciendo bien por parte de todos.
Y una alegría más. Ahora unas Linces van a estar presentes en un campeonato de España de clubes. Con menos de un año de vida, y ya en un campeonato de España. Objetivo conseguido. Separadas nunca hubiera sido posible, juntas sí. Y a disfrutarlo, sin más pretension que esa. Lo que venga, si viene, bienvenido sea. Si no, a seguir mejorando.
Nerja y España van a ver a un pequeñito club de una zona olvidada de la Sierra de Córdoba disfrutando de nuestra unión y del atletismo. Compitiendo junto a las mejores, con los grandes clubes de España y diciendo que la Sierra de Córdoba también existe. Y todo gracias al trabajo y el esfuerzo de unas niñas de menos de 14 años durante todo este tiempo, que no ha sido fácil. Y sin embargo muchos serán siendo ciegos. O viendo sólo los logros del futbol y el baloncesto y olvidando a estas niñas y a todos sus compañeros y compañeras.
Y para ello estaremos los que hemos estado desde el principio. Padres, madres, entrenadores, amigos y todos los que siempre están para todo. Sin más pretensiones que nuestros hijos hagan deporte, disfruten juntos y junto a nosotros, y crezcan aprendiendo unos valores que ya llevaban dentro.
Hay que aprender de los niños y niñas que se convirtieron en “LINCES”: Unidos conseguiremos lo que nos propongamos, y no sólo en el deporte.

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